miércoles, 19 de marzo de 2014

Capítulo 3

Me desperté no sabía dónde… ¡ah! Ya sé, creo que era lo que los humanos llamaban hospital. Estaba un poco perdida por no decir completamente perdida. Alguien me susurró al oído:
         -Hola, cariño, ¿cómo estás? ¿ya has descansado? –era mi madre.
         -Hola, mamá…pues no estoy muy bien que se diga pero sí que he descansado.
         -Me alegro, ¿qué te ha pasado?
         -Un accidente esquiando, iba distraída por unos problemillas y…
         -Ya te dije que esquiar era peligroso pero nunca me hacías caso, sabía que esto pasaría algún día, ¡lo sabía!
         -Pero mamá, si llevo esquiando toda la vida y nunca me ha pasado nada, si hoy ha ocurrido esto es por algo más…
         -¿Cómo que algo más? ¿Qué te pasa hija?
         -Pues que llevo un día de perros. –le conté la discusión con papá, la ruptura con Dereck –aunque eso no me importaba mucho- y la última conversación con Sabina, lo ir a la Tierra…
         -Pero, cielo, ¡ir a la Tierra es muy peligroso!
         -Y ¿por qué? No lo entiendo, nosotros provenimos de la Tierra, somos descendientes de los humanos, sin embargo no pudimos aguantar el calor que invadió la Tierra y nos mudamos a otro planeta. A partir de ahí evolucionamos y nos adaptamos al frío, pero aun así seguimos teniendo un parecido a los humanos.
         -Precisamente por la temperatura. Allí, las temperaturas son demasiado elevadas para nosotros y moriríamos al instante si viviésemos allí.
         -Hay regiones en los que la temperatura no sobrepasa los 0ºC.
         -Son muy pocas y allí no vive casi nadie, son poblaciones prácticamente deshabitadas y si allí te pasa algo, nadie va a saber de ti.
         -Mamá no me lo estás poniendo fácil, quiero cumplir mi sueño y lo voy a cumplir.
         -Pero aquí también hay clínicas veterinarias.
         -Nadie requiere de su uso, quedaría en bancarrota.
         -¿Y no puedes escoger otra carrera?
         -Mamá, esto es lo que quiero y si tengo que ir a la Tierra para ello, eso será lo que haré.
         -Bueno, ya discutiremos eso más tarde cuando llegue el momento, primero tienes que sacarte la carrera. Quiero contarte lo del trabajo de tu padre.
         -Espera, espera… ¿quieres?
         -Sí, creía que tú también querías saberlo. –sonrió.
         -Pues la verdad es que sí, cuenta.
         -Bueno, pues verás, seguramente sabrás que tenemos algunas costumbres muy parecidas incluso iguales a las de los humanos y eso es porque provenimos de ellos, como tú bien has dicho. Hubo una época en que todas esas costumbres se empezaron a perder poco a poco y nuestra vida era desorganizada y sin sentido. Por lo cual, decidimos empezar a copiar las costumbres de los humanos. Y para ello, un grupo de personas bastante reducido ha creado un taller para estudiar sus costumbres, tienen como unas cámaras que vigilan a los humanos y ven todo lo que hacen. Y tu padre es uno de ellos. Se puede decir que son investigadores.
         -¿Y por qué me lo ocultasteis durante tanto tiempo?
         -Porque era muy complicado de explicar y habrías empezado a hacer preguntas sin parar, me hubiera puesto de los nervios y te hubiera castigado, como ha hecho tu padre.
         -Pues las preguntas las voy a hacer sea pequeña o mayor así que ahí van. La primera: ¿Qué ganan de haciendo todo esto? Es decir, ¿de dónde se benefician ellos? ¿Con qué dinero?
         -Pues hasta hace unos años era para lo que te he dicho antes, para copiar de sus hábitos. El Ayuntamiento les paga porque hacen la vida de sus ciudadanos mucho más fácil. Pero se ha descubierto que gracias a las cámaras se puede hacer algo más…
         -¿Espiar?
         -Exacto. Espiar, tenerlos controlados, incluso podemos mandar allí espías para que influyan en sus vidas y las podamos controlar.
         -¿Por qué hacéis eso? ¿Por qué sois tan malos?
         -Nosotros no somos los malos. Ellos lo son. Ellos destruyeron su propio planeta, la Tierra ahora es un paraje deshabitado, desierto y sin futuro, apenas quedan humanos, apenas quedan vidas allí, y apenas quedan ciudades. Lo que antes se llamaba “El Planeta Azul” ahora se parece mucho a Marte. Ellos tienen la culpa de que nosotros nos tuviéramos que ir a otro planeta. Ellos no respetaron la naturaleza y ahora la naturaleza se venga. Así es la vida.
         -Pero, ¿no hay otra forma de solucionarlo?
         -Los humanos no nos escucharían, si supiesen que existimos nos matarían directamente.
         -¿Y si les decimos lo de nuestro parentesco?
         -Ya te he dicho que no nos escucharían, sólo se puede solucionar a la fuerza.
         -¿Y por qué no les dejamos en paz? Si nosotros estamos muy bien aquí, no nos hacen falta los humanos para nada.
         -No queremos que sigan destruyendo planetas. Queremos exterminarlos por fin para que nos dejen tranquilos y dejen en paz al Universo. Son una raza muy peligrosa. En cualquier momento vendrán aquí, nos invadirán, destruirán el único planeta donde nosotros estamos a salvo y harán de nuestra especie cenizas. Son muy orgullosos y ambiciosos, sólo quieren poder, conquistar territorios, destruir y ser ricos, sin darse cuenta de que haciendo eso se perjudican a ellos mismos.
         -¿Qué te hace pensar que nos quitarán el planeta ahora si no lo han hecho antes?
         -Estaban ocupados destruyéndose a sí mismos, pero ahora van a por todas. Tu padre está muy preocupado. Les ha observado fabricando armas y cohetes.
         -Bueno, yo no me voy a meter más en este tema que parece muy peligroso. Por otro lado, dijiste que allí no quedaban muchas vidas, ¿te refieres también a…vidas animales?
         -Afirmativo. Todo tipo de vida, incluyendo plantas, humanos y animales. Las ganas de poder de los humanos han hecho que ya apenas queden plantas y animales. Ya te dije que no tendrías posibilidades allí.
         -Pero seguro que aún puedo salvar a las pocas especies que quedan. ¡Sí! ¡Les salvaré! ¡Lo conseguiré!
         -Bueno, hija, creo que ya hemos hablado suficiente. Descansa un poco. Me parece que te está subiendo la fiebre–Me puso la mano en la frente para comprobar mi temperatura. –Sí, estás un poco caliente, anda, duérmete. -Y entonces me di cuenta de que estaba tumbada en una camilla, con la pierna sujeta y escayolada a la débil luz de una pequeña ventana. La habitación era individual lo que significaba que no tenía compañera de habitación, lo que me hizo entristecerme un poco.
         -Mamá, no tengo sueño.
         -Mira, te he traído un libro bien gordo para que te entretengas porque yo me tengo que ir a trabajar y tu padre también. Te vas a quedar sola.
         -Jooo… -me lamenté.
         -Lo siento, cariño, te vendré a ver a la noche y me quedaré contigo, ¿vale? El médico dice que se te curará en una semana como mucho, porque tienes muchas defensas y porque nuestro proceso de curación es bastante más rápido que el de los humanos. –En ese momento, Sabina entró en la habitación. -¡Mira qué bien! Ha venido tu amiga, ella se quedará contigo.
         -Hola, Sabina. –saludé no con mucho entusiasmo.
         -Hola, Cyr. ¿Qué tal?-Mi nombre completo era Cyruno, era más bien un nombre de chico, por eso no me gustaba que me llamaran así y cogí un diminutivo que sonaba más femenino.
         -Mal. –estuve hablando con ella y contándole lo que me había dicho mi madre, cómo había hecho cenizas mis únicas esperanzas y también el posible ataque a nuestro planeta…
         -Debemos estar preparados. –comenté.
         -Buah, de eso se encargarán los mayores. –suspiró Sabina.
         -Nos afecta a todos, no sólo a los mayores.
         -Ya, pero ellos lo solucionarán.
     -¿Ah, sí? ¿Y si no lo solucionan? ¿Y si nos pillan desprevenidos y causan una catástrofe universal?
         -Ay, Cyr, siempre viendo el lado malo de la vida, estoy cansada de que siempre hagas eso. Tú tranquila, primero te tienes que recuperar y luego ya veremos qué hacemos. Pero ante todo, tranquila. Respira hondo. –la obedecí. –Bien, cierra los ojos y piensa que estás en un lugar lleno de animales que te quieren porque les has curado y que te están dando besos en la cara con sus lenguas –puse una cara de asco pero no abrí los ojos ni la interrumpí-, hacen unos ruiditos adorables, todos se acurrucan junto a ti, junto a su mamá, porque para ellos eres su única familia y por eso te quieren tanto. Piensa que estarás con ellos para siempre y que nada os separará. –esas palabras me llegaron al corazón y casi sin darme cuenta estaba soñando con ellos. Me dormí profundamente con unos dulces sueños.

4 comentarios:

  1. Como engancha. Mola mucho. Me han recomendado el blog y la verdad es que mola. Por si te interesa, podrías pasarte por el mío :)

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    1. ¡Muchísimas gracias! Me alegro que te guste. Ahora mismo me paso ^^

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  2. Cuando subiras el siguiente capitulo?? Me tienes muy enganchada a la historia.

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    1. Muchas gracias ^^ Pues de momento...no me da tiempo a escribir porque estoy muy liada, afortunadamente tengo varios capítulos escritos ya, así que en cuanto tenga tiempo libre ^^

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